Se trata de un satélite alemán llamado Rosat, de 2,4 toneladas, que impactará supuesta mente en algunos lugares de Canadá la próxima semana.
El satélite alemán ROSAT formó parte de un proyecto conjunto entre Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña. Pesa 2,4 toneladas y se encuentra fuera de funcionamiento desde 1999, cuando se apagó después de una falla en su sistema de guía. Se especula que el problema tuvo relación con la entrada de algún virus en el sistema informático.
Los expertos aseguran que durante su entrada en la Tierra, el satélite se romperá en unas 30 piezas grandes y algunas de ellas, de una masa total de hasta 1,6 toneladas, podrían sobrevivir a la desintegración al cruzar la atmósfera.
El centro de control alemán informó que hay una posibilidad entre 2.000 de que alguna pieza del Rosat dañe a alguna persona, según publica hoy el diario Daily Mail.
Hace dos semanas el satélite UARS cayó en el Pacífico, luego de varios días de especulaciones acerca de dónde se precipitaría.
Pero el UARS y el Rosat no son los únicos que generan preocupación entre los expertos. En la NASA señalan que habría que estudiar la situación de la “flota” de satélites en el espacio, ya que un aparato canadiense del operador Telesat, Anik F2, también mantuvo en los últimos días en vilo a los científicos.
El satélite, que ofrece servicios a clientes canadienses y estadounidenses (incluido un servicio de banda ancha), sufrió la semana pasada una falla por error en el software que lo tuvo inhabilitado 12 horas. En un principio se barajó la posibilidad de que Anik F2 también pudiera caer a la Tierra, aunque finalmente el único problema que causó fue que dejó a millones de usuarios sin Internet y a 48 vuelos en tierra, con unos 1.000 pasajeros afectados. Fuente...